El aire y los gases medicinales son esenciales en la atención hospitalaria y clínica. Se utilizan sobre todo para la terapia de ventilación y el tratamiento con aerosoles, así como durante la administración de la anestesia:
Al tratar enfermedades respiratorias como el asma y la EPOC, una forma eficaz de administrar el tratamiento farmacológico consiste en dirigirlo directamente a los pulmones por inhalación. Los nebulizadores se utilizan para administrar medicamentos inhalados a pacientes que no pueden utilizar inhaladores convencionales. El aire medicinal se puede utilizar para impulsar aire ambiental al nebulizador donde el fármaco líquido se convierte en un vapor que puede ser inhalado de forma directa a los pulmones.
El aire medicinal se utiliza como gas portador de sustancias estupefacientes en la anestesia por inhalación. También se puede utilizar con óxido nítrico como sustituto del oxígeno para reducir la alta concentración de la exposición al oxígeno.
Algunos pacientes dependen de un suministro fiable, de alta calidad de aire medicinal para proteger su sistema respiratorio delicado y sensible.